viernes, 6 de junio de 2008

Génesis

Marzo del 2001 me declaró psicólogo. A la semana volví a ver a mi compañero de tesis. Pasó por el sucucho de la Independencia para un abrazo de despedida. Me esperaba en Italia, decía. Yo esperaba verlo, pero al poco tiempo me informaron del accidente en su tierra ancestral.
Marzo del 2002 me trajo un depto. enorme y barato en la Trejo, que no tardó en hacerse sede de un equipo en formación, que fue bautizado sin una sola oposición con el nombre del compañero, del amigo. Por eso decir Dalla Costa es invocar, ante todo, la amistad.
Amistad como la de dos riocuartenses, Juan Zorza y el Gabi Righetto, protagonistas de esa fundación, al encontrarse un día con las mentas de que la histórica liga jujeña abría el juego mediante una zona no jujeña. Llegaron con el dato a la Trejo y ahí, como por telepatía, ya estábamos con Martín, el Checho, Julián, el negro Palacios, Monchi y Pereré, en la previa de un faldeado, que a la postre la historia reconocerá como la piedra fundacional, por la Constitución y por la calidad de la carne.
Se sucedieron cientos de esos asados. Era juntarse un par, pasar por la sede, que era el depto. 5, y empezar a quemar diario y madera de cajón, mientras tocaban la puerta del cuarto, donde se había mudado el Beto Trapaglia y una linda troup.
El 2002 nos trajo muchos triunfos, que se festejaban con asado, por decreto… un campeonato, el logo de Nacho Gianotti, el grito de guerra del Checho Arch, las superestadísticas del Juli. Luego el bi y un poco más adelante el tri !!
De la cancha a la sede y de ahí a la sede nocturna, El Viejo Bar, con la comodidad de tenerlo al frente y el problema de tenerlo la mitad de las veces clausurado por la municipalidad.
Setiembre del 2004 me despidió en la cancha 1 del complejo Juniors, en un 1 a 1 contra el Klan del Felpa. Y repitiendo cancha y rival me recibió el 2008, pero con dos grandes ventajas, una, anecdótica, en el marcador (5 a 0), y otra, esencial, en la satisfacción de ver el mismo espíritu de aquellos inicios, seis años más tarde!
Sé lo que cuesta lograr tal cosa, por eso creo oportuno agradecer a los que tomaron firme la posta: Julian, Martín, David, el negro Palacios, el Gonza. Y a todos los que entienden que este proyecto funciona si hay compañerismo del bueno, si hay amistad. Lo cual significa que estoy agradeciendo a todos los que llevan la albinegra.
Maxi

1 comentario:

monchi dijo...

El recuerdo de aquellos tiempos en que comenzó a gestarse la fundación de Dalla Costa no hace más que confirmar este sentimiento de amistad entrañable que trasciende los años y la distancia. Hoy puedo recordarlos en cada gesto, en cada braza caliente y en cada copa que se alza para brindar a la salud de los amigos.
Un fuerte abrazo desde Alejo Ledesma.
Monchi